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Validación para sistemas de medición destructivos

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Validación para sistemas de medición destructivos

A la hora de medir, todos tenemos claro que los aparatos de medición deben estar calibrados. Una décima de metro, medida con un pie de rey, debe ser una décima real. Un mililitro debe ser un mililitro. Es una cuestión de sentido común.

También sabemos que, en muchos casos, ese aparato de medición será usado por un ser humano. Esa persona cogerá una pieza, la preparará para ser medida, la colocará en un soporte o simplemente la sujetará en la mano para medirla.

¿Podría esta interacción generar problemas?

¡Por supuesto! Y eso hará que cambie el valor de lo que estemos midiendo.

Existen interacciones entre el operador, las piezas y el sistema de medición. Por eso, dentro del marco del MSA, se realizan estudios R&R, para saber qué porcentaje de variación se debe al sistema de medición.

Sin entrar en el detalle de cómo llevar a cabo los estudios, hay que coger unas 10 piezas y hacer que 3 operarios las midan 3 veces. Pero ahí hay un problema: si cada vez que se mide una pieza, esta es destruida, ¿cómo podrá cada operario medirla 3 veces?

La solución es disponer de unidades que se parezcan lo suficiente para poder decir que son “la misma pieza” y que se pueda asumir que, aunque los operarios estén midiendo unidades distintas, estas representan una misma pieza.

La recogida de la muestra

La clave está en como recoger la muestra. Para un estudio no destructivo, cada pieza será medida 3 veces por cada operario. Si tenemos 3 operarios, habrá 9 mediciones por pieza. Es decir, la pieza 1 será medida 9 veces, la pieza 2 será medida 9 veces, etcétera.

Bajo esta premisa, en el caso destructivo se necesitaría medir 9 veces la pieza 1, lo que implica tener 9 piezas lo más parecidas posible entre sí para realizar esta medición. Estas 9 piezas representarán la pieza 1.

Y para la pieza 2, se necesitará otras 9 piezas que sean lo más parecidas posibles.

Para facilitar la explicación, se denominará unidades a las 9 piezas que se parecen; y pieza será el conjunto de 9 unidades. De esta manera, es más fácil entender que si, en una ronda, el operario 1 tiene que medir la pieza 3, significa que tendrá que hacerlo con una unidad del grupo de 9 que se denomina pieza 3.

Por ejemplo, en una cadena de producción, se deberían recoger 9 unidades fabricadas al mismo tiempo en una misma serie. En una inyectora, se deberían coger las piezas de una misma cavidad y de 9 inyectadas consecutivas. Si es un montaje de varias piezas, se deberían seleccionar las piezas que componen el conjunto extraídas de un mismo molde, de una misma máquina de mecanizado, etcétera.

La idea es que la variabilidad entre unidades sea la más pequeña posible. Por esto la minimizamos tomando piezas consecutivas —la variabilidad a corto plazo suele ser siempre más pequeña que la variabilidad a largo plazo— y de una misma procedencia. La variabilidad entre cavidades, moldes o máquinas suele ser mayor que dentro de una misma cavidad, molde o máquina.

Cuando toque recoger las unidades para otra pieza, habrá que escoger otra cavidad, otra máquina u otro momento y tomar 9 unidades seguidas, tal como se ha hecho anteriormente. Esto se lleva a cabo hasta tener 10 piezas, cada una formada por 9 unidades.

Lo importante es que las 10 piezas que recojamos representen la variabilidad del proceso. Este diagrama ilustra este concepto:

No es un ejercicio fácil, pero siguiendo estas pautas sobre la selección de la muestra, mejorarás la calidad de tu estudio.

Entender los conceptos de variabilidad a corto y largo plazo y de aleatoriedad es un factor determinante a la hora de escoger correctamente las muestras para realizar un estudio R&R.

Una formación de Green Belt Six Sigma ya te da estos conocimientos básicos a la hora de analizar un sistema de medición, pero si tu sistema es más complejo, como un sistema destructivo, necesitarás otras herramientas como, por ejemplo, los estudios de repetibilidad de tipo 1 para ayudarte en estos análisis, y esto es más de nivel Black Belt.

Así que, si ya eres Green Belt y quieres pasar a Black Belt, nuestro curso de transición de Green Belt a Black Belt Six Sigma es para ti: profundizaras más en los temas estadísticos, capacitándote para enfrentarte a proyectos de complejidad superior.

Además, ya volvemos a la normalidad e impartiremos estos cursos presencialmente en nuestras oficinas. Una buena manera de aprender y de solventar dudas en directo.

Infórmate:

Fotografía de Charles Deluvio