El Síndrome del Objeto Brillante (SOS) y su efecto en la gestión del tiempo
El Síndrome del Objeto Brillante (SOS) y su efecto en la gestión del tiempo
La era del conocimiento está transformando radicalmente nuestras vidas. Las tecnologías de la Información y la Comunicación generan una gran cantidad de datos que debemos filtrar e interpretar constantemente. La gestión del tiempo, más que nunca, sigue siendo un reto para mejorar la productividad, controlar el estrés y conseguir un equilibrio emocional.
¿Tienes una larga lista de ideas, pero nunca las llevas a cabo? ¿Cambias frecuentemente de prioridades? ¿Saltas de una tarea a otra y a menudo las dejas sin terminar?
Si es así, puede que padezcas el Síndrome del Objeto Brillante (Shiny Object Syndrome, SOS).
Ante la gran cantidad de opciones y estímulos que recibimos constantemente, notificaciones, emails, reuniones, interrupciones y múltiples urgencias, es fácil caer en la tentación de las distracciones y perder de vista los objetivos importantes.
Consecuencias del Síndrome del Objeto Brillante
Por Síndrome del Objeto Brillante se entiende el impulso de sentirse constantemente atraído por la novedad, sea una nueva idea, proyecto, actividad o herramienta, en vez de centrarse en lo que se está haciendo o se debería hacer.
El fenómeno perjudica gravemente la productividad. Algunas de sus consecuencias habituales son:
- Fatiga y estrés en el equipo. Las novedades constantes y el cambio de objetivos alteran el flujo de trabajo y generan confusión sobre lo que es verdaderamente importante.
- Se ponen en riesgo los objetivos y su progreso. Las fechas de entrega se posponen y es necesario reprogramarlas, lo que implica mayor pérdida de tiempo.
- Falta de rigor. La ejecución del trabajo suele ser poco desarrollada y de menor calidad.
- Falta de concentración. Sensación de estar haciendo malabarismos al trabajar en demasiados temas al mismo tiempo y, por lo tanto, no poder prestar la atención necesaria a ninguno de ellos.
Combatir el Síndrome del Objeto Brillante y mejorar la gestión del tiempo
Si la deficiente gestión del tiempo tiene su origen en el Síndrome del Objeto Brillante, es posible poner en marcha una serie de acciones que vuelvan a centrar nuestra atención en lo que es verdaderamente importante. Por ejemplo:
- Definir claramente los objetivos y limitar las prioridades. Al fin y al cabo, si todo es prioritario, nada lo es realmente.
- Pararse a pensar antes de lanzarse a la acción. Dedicar tiempo a evaluar los objetos brillantes, cuál es el valor real que pueden aportar y el impacto en los objetivos, planes y recursos iniciales.
- Poner el objeto brillante a prueba. Si se piensa que la nueva idea tiene potencial, se puede desarrollar una prueba piloto para ver cómo funciona y después escalarlo si los resultados lo justifican.
- Contratar los servicios de un coach. Ayudará a ganar claridad y elaborar las estrategias adecuadas para centrar los objetivos.
Algunas de estas medidas son autogestionadas. Dependen de la voluntad de la persona que quiere mejorar la gestión de su tiempo. Solo necesitará tomar conciencia de aquello que brilla y que reduce su capacidad de acción.
Otras, en cambio, van a requerir apoyo externo. El Curso de Gestión del Tiempo y Productividad Personal es un buen punto de partida para aprender a diagnosticar el problema, identificar sus causas y programar la reacción de mejora: ordenar prioridades, medir mejor los resultados o desarrollar experimentos.
En conclusión, gestionar el tiempo de manera consciente, evitando la dispersión, ayuda a conseguir mejores resultados, mayor sensación de logro y satisfacción con uno mismo y con el trabajo realizado.
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